En el proceso de crecimiento y desarrollo de un niño, aprender a hablar representa un logro tan importante y vital como aprender a caminar. La dificultad o imposibilidad de esta habilidad representa un trastorno de aprendizaje que si no se trata a tiempo puede producir una serie de complicaciones psicosociales.
Una cantidad notable de niños padece dificultad para hablar o incluso escribir. Sin embargo, no significa que sufran algún tipo de discapacidad social o que se vean afectadas sus capacidades intelectuales.
¿Qué es el Trastorno Específico del Lenguaje?
Es una condición que dificulta la habilidad de usar el lenguaje, de comunicarse oral y por escrito, sin que esto signifique que el niño presente problemas con la audición. Comienza en edad escolar y suele durar hasta la adolescencia.
Conocido también como Disfasia del Lenguaje, afecta uno o más elementos del lenguaje como la semántica, morfosintaxis, fonología y/o pragmática.
Al ser el Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) un trastorno de aprendizaje, es común que se confunda con la Dislexia, aunque ambos casos son igual de frecuentes. Sin embargo, investigaciones han comprobado recientemente que ambas condiciones comparten un mismo gen del cromosoma 6, llamado gen KIAA0319, el cual es responsable también del autismo.
La diferencia principal con la dislexia es que esta afecta principalmente la lectura, escritura y su dificultad para recordar letras y números. En la página dislexiafeliz.online se encuentra información más especializada al respecto.
Uno de los estudios más validados y aceptados corresponde a la clasificación de Rappin y Allen, la cual identifica de forma acertada los tipos de TEL de la siguiente forma:
- TEL expresivo:
- Dispraxia verbal: grandes dificultades para articular fonemas y palabras, pero tiene una compresión normal.
- Síndrome de déficit de programación fonológica: compresión normal pero habla de forma ininteligible.
- TEL expresivo-receptivo:
- Síndrome de déficit fonológico-sintáctico: conocida también como ‘Disfasia’. Comprende mucho mejor de lo que expresa.
- Agnosia verbal: no comprende casi y no se expresa.
- TEL complejo:
- Síndrome de déficit léxico-sintáctico: tiene buena comprensión, cierta fluidez para hablar, pero no suele decir frases. Usan muchas muletillas y parafrasias. Se interrumpen mucho.
- Síndrome de déficit semántico-pragmático: se expresa mejor de lo que comprende, no puede adaptar su lenguaje al entorno interactivo donde se encuentra.
¿A quién afecta el TEL?
Comienza en la edad infantil y estadísticamente suele afectar más a niños que a niñas. Es el segundo trastorno de aprendizaje más común en la población en edad escolar, siendo el primero la Dislexia. Se estima que entre un 1% y 7%. A pesar del intento de establecer los estándares para realizar el diagnóstico en los niños, no todos presentan las mismas características.
Los expertos indican que un 25% de los niños que comienzan hablando tarde resultan padecer un tipo de trastorno de aprendizaje.
Características y síntomas
Usualmente es un trastorno que nace con el niño y tiene carácter evolutivo, se pueden presentar de distintas formas, pero por lo general los siguientes síntomas aparecen en las siguientes edades:
De 0 a 18 meses:
- Aún no dice sus primeras palabras
- Ausencia de expresiones sociales: no aplaude, no ríe tanto, no mueve la mano en señal de adiós
- No responde a su nombre
A los 2 años:
- Le cuesta combinar dos palabras
- Su vocabulario es menor a 40 palabras
- Dificultad para entender instrucciones simples
A los 3 años:
- Cuando habla casi no se le entiende. Ininteligible.
- No puede producir frases de más de 3 palabras
Causas
Estudios recientes apuntan a causas hereditarias, ya que existe una predisposición en el gen del cromosoma 6 encargado del procesamiento del lenguaje y lectura en el cerebro, llamado gen KIAA0319. Sin embargo, existen varios factores de riesgo que pudieran causar el TEL:
- Exposición al alcohol, drogas o alguna infección durante el embarazo que pudiera ocasionar daños neurológicos en el feto.
- Nacimiento prematuro.
- Golpes en la cabeza del bebé.
Diagnóstico
Por ser un trastorno que obtiene su mayor visibilidad en la escuela, es más probable que sea el maestro quién note primero los signos de TEL.
Se recomienda la presencia de profesionales médicos y del lenguaje como un pediatra y un fonoaudiólogo para determinar por medio lecturas de frases simples, construcción de oraciones y juegos asociados a letras, números y colores, las habilidades del niño.
Tratamiento del TEL
Un pronto tratamiento representa la diferencia para evitar complicaciones psicosociales como la incapacidad o aversión para establecer relaciones sociales.
Según los expertos, es necesario primero establecer un perfil lingüístico del niño de todas las dificultades en comprensión, fonética, semántica o pragmática que tenga. De esta forma se le corrige y enseña detalladamente, ampliando su nivel de vocabulario y comunicación.
Aunque exista una diversidad en técnicas de enseñanza, la clave se encuentra en el trabajo en equipo entre familiares y maestros en la escuela, para dar continuidad con las terapias recomendadas por los expertos que incluyen juegos de imitación, canciones, y repetición de oraciones.
La principal recomendación de los expertos es que los maestros tengan conocimiento de la condición del niño y se involucren tanto como sea posible para prestarle al niño la paciencia y constancia que necesita para aprender como el resto de los niños.
Los resultados de las terapias son muy variados, como en los mismos síntomas, pero resulta frecuente que mientras más leve el diagnóstico el niño tendrá más posibilidad de mejorar y adaptarse totalmente en su entorno.
Al ser los trastornos de lenguaje un tema aún en debate y estudio en la comunidad científica y al tener origen en la carga cromosómica y genética de la persona, surgen muchas preguntas e hipótesis, e incluso la posibilidad de que sean indicios de la evolución de la especie humana.
Hasta el momento es confirmado de que no afectan las capacidades de pensamiento lógico y creativo de la persona, y que sólo representan complicaciones temporales en la forma de expresión, pero al presentarse en la edad más crítica como es la infantil, la ausencia de un tratamiento y medios de aprendizaje adecuados, podrían disparar traumas o fobias con origen psicológico porque es la edad donde el sujeto aprende a interactuar y aprender del mundo que lo rodea.