El concepto de pasión y belleza que ha caracterizado a Victoria’s Secret ya no despierta entusiasmo en el público femenino. Las ventas de la marca han caído, por lo menos, un 20% desde 2016.
Te preguntarás: ¿Cómo la marca ha pasado de ser un símbolo de lujo y estatus social a ser ángeles con alas caídas? Una reconocida periodista, Rebecca Harritong, ha realizado una investigación para determinar las razones.
La principal queja son los precios de la lencería. Si bien es una marca de lujo, ¿no te parece que pagar 200 euros por un sujetador es exagerado? A esto se le suma que para los diseños utilizan telas que, según las usuarias, no son de alta calidad, y los encajes ya no aportan el mismo romanticismo que en los mejores momentos de la marca.
Si eres fan de Victoria’s Secret y has estado en sus tiendas, entonces seguro que habrás advertido lo que muchos compradores critican. Las instalaciones ya hace un tiempo que no muestran nada novedoso: la dejadez se nota en sus escaparates, ya no hay magia. El ambiente aburrido se apoderó de la marca.
Para comprar una prenda hay que pedir ayuda, porque la ropa interior está dejada al olvido y es casi imposible determinar dónde encontrar la talla que se busca.
Año difícil
Desde febrero pasado, Victoria’s Secret atraviesa momentos difíciles. Se esperaba que en el mes del amor las ventas se recuperaran, ya que los caballeros han recurrido durante mucho tiempo a la marca para sorprender a sus parejas con el regalo de San Valentín. Pero en esta oportunidad no fue así.
Después de mayo, cuando se esperaba la llegada de sus bañadores, la marca eliminó el catálogo y muchos clientes migraron a otras casas de diseño.
Amazon, el enemigo
En Internet, las ventas tampoco han sido favorables, pues el gigante Amazon ha incorporado otros diseñadores que han llamado la atención del público femenino. A esto se le suma la intención de Amazon de sacar al mercado su propia marca íntima.
No sabemos si Victoria’s Secret se reinventará, en todo caso necesitará que sus ángeles vuelvan a abrir las alas.