¿Sabías que hay personas que pagan por vivir la experiencia de dormir en una cárcel? Mientras muchos ansían la libertad, otros han encontrado en un hotel una experiencia al más puro estilo de los barrotes.
Sook Station es una hostería situada en las afueras de Bangkok, Tailandia. Sus huéspedes son tratados como delincuentes, y pagan entre 18 y 30 euros para pasar la noche tras las rejas.
El hotel cuenta con nueve habitaciones con literas, sin armarios, ni televisión, y tampoco baño privado. Fue inaugurado en el año 2016 y se ha hecho popular gracias a la cobertura que los medios de comunicación le han dado. Y es que realmente sus dueños se encargan de que los clientes se sientan en la cárcel.
Para salir corriendo
Cuando los huéspedes llegan se les entrega un pijama de rayas, un gorro, y se les hace una fotografía con su nombre y su número de habitación. Además, se les explican las normas del lugar, en el que no hay ventanas, ni puertas; solo altos muros y rejas.
Según cuentan los encargados del hotel, muchos de los clientes salen satisfechos con el servicio, lo disfrutan, aunque para otros no resulta nada agradable observar a un guardia de seguridad caminando por los pasillos mientras golpea una barra de metal contra los barrotes.
Otros huéspedes deciden abandonar la experiencia cuando ven las pequeñas habitaciones, o cuando descubren que hay una sala de castigo, donde no entra ni un rayo de sol.
Una película inspiró el Hotel Cárcel
Te preguntarás de dónde surgió la idea de hacer un hotel-cárcel. Según explica su fundador, Sittichai Chaivoraprung, había escuchado muchos comentarios sobre lo terrible que es estar preso, y tras ver la película The Shawshank Redemption descubrió que sería un negocio rentable.
Para sorpresa de Chaivoraprung, muchos de sus clientes vuelven porque “dicen que duermen bien”. ¿Tú te atreverías a estar preso durante una noche?