La República Popular de China es una de las mayores economías globales; de hecho, es la segunda solo por detrás de Estados Unidos. Este logro, sin embargo, no ha estado exento de polémicas. Para mantener su sostenida tasa de crecimiento, Pekín consume de forma casi desmesurada grandes cantidades de petróleo, hulla y carbón.
Pero hay buenas noticias, sobre todo para los ambientalistas: el gobierno chino lleva tiempo apostado fuertemente por el uso de energías renovables. El año pasado fue capaz de duplicar su capacidad de generación de energía vía fotovoltaica, lo que ha transformado al gigante asiático en el mayor productor mundial de energía solar por capacidad, esto de acuerdo a las fuentes emanadas de la Administración Nacional de Energía en China (NEA).
Tanta es la confianza de las autoridades chinas en el uso de la energía solar, que, por ejemplo, a inicios de este año cancelaron los planes de construcción de 104 plantas de carbón, lo que se adapta a su ambicioso plan para reducir la contaminación y luchar contra el cambio climático.
Energía versus población
De acuerdo a la NEA, China cerró el 2016 con una capacidad fotovoltaica de 77,42 gigavatios, lo que significa un aumento de 34,54 gigavatios durante los 12 meses del año pasado. Esta cifra causa asombro, aunque hay que tener en cuenta que estos datos reflejan la capacidad total de generación en un país que alberga más de 1.300 millones de habitantes.
Con esa enorme cantidad población, la energía solar fotovoltaica representa para ese país tan sólo el 1% de la producción total de energía, mientras que las energías renovables ya ocupan el 11%. Para aumentar estas cifras, la administración comunista planea invertir 364.000 millones de dólares en nuevos proyectos de energía renovable de aquí a 2020 y llevar ese nivel de uso de energía fotovoltaica al 20 %.
Estas acciones se complementan con la reducción de un 30 % en el uso del carbón para el año 2017, asunto que se ha vuelto una prioridad ante los alarmantes niveles de contaminación en varias regiones del país. El plan contempla el cierre de cuatro grandes centrales eléctricas a carbón que serán sustituidas por nuevas granjas solares durante este año. Además, se contempla el sacar de circulación 300.000 vehículos antiguos y se incentivará la producción, comercialización y uso de coches eléctricos.
China apuesta por el verde y apuesta fuerte a la adopción de energías renovables y limpias que eleven su competitividad industrial y tecnológica a la vez que mejoren la calidad de vida de su población, a pesar de que este último factor es un contrapeso de importancia para lograr esta meta. No obstante, el país oriental cuenta, dentro de su extensa geografía, con grandes regiones donde es viable la instalación de granjas solares térmicas y fotovoltaicas, así como parques eólicos que le permitan continuar con su carrera por el predominio mundial de la economía.