Las asesinas en serie son todas aquellas mujeres que han matado al menos tres veces, con un determinado tiempo de separación entre cada víctima y aunque la sociedad no hable mucho de ellas, llegaron a existir asesinas seriales famosas con más de 100 cadáveres a sus espaldas. Estas son las más impactantes:
Elizabeth Báthory
Si alguien se preguntara cuál es la psicópata más grande de la historia, la respuesta no sería otra que: Elizabeth Báthory.
Vivió entre 1560 y 1614 y fue una aristócrata húngara, lo que le permitió secuestrar, comprar, torturar y asesinar a más de 650 mujeres jóvenes, con la finalidad de destriparlas y bañarse en su sangre bajo la creencia de que esto la hacía lucir joven y hermosa.
Un dato curioso de ella es que es descendiente de Vlad Tepes o Vlad el Empalado, quien inspiró la historia de Drácula.
Pese a la masacre que propició esta asesina de mujeres y que todos sus colaboradores fueron ejecutados, ella, al ser una aristócrata, fue condenada a confinamiento solitario, muriendo 4 años después.
Casos criminales famosos: Aileen Wuornos
Aileen Wuornos no es de las mujeres asesinas en serie más prolíferas, pero sí es una de las más famosas, mediáticas y controversiales de la historia de Estados Unidos.
Esta asesina se cobró la vida de 7 hombres, presuntamente, porque intentaron violarla mientras ella ejercía el trabajo sexual. Todos en incidentes separados y con un tiro a quemarropa.
Hay muchos datos perturbadores del caso, entre ellos, la primera víctima, quien al parecer sí era un violador condenado y pudo haber sido el detonante para Aileen. En todo caso, Murió de inyección letal el 9 de octubre del 2002.
Myra Hindley
Myra Hindley fue una perversa asesina serial británica que vivió activa durante la década de 1970 junto con su novio Ian Brady, otro asesino serial.
Estos criminales famosos secuestraron, violaron, torturaron y asesinaron a tres niños y dos adolescentes. A Myra le gustaba ver y grabar a sus víctimas mientras agonizaban de dolor y pedían por sus vidas.
Tras jactarse de los asesinatos y mostrar repulsión total por la familia de las víctimas, fue condenada a cadena perpetua, donde compartió celda con otra asesina serial famosa, Rosemary West.
Myra murió de una enfermedad pulmonar que le provocó un paro cardiaco, en noviembre del 2002.
Rosemary West
Entre las mujeres delincuentes famosas destaca Rosemary West, una de las asesinas seriales británicas más sádicas de la historia. Junto con su esposo y cómplice, Fred West, secuestró, torturó y asesinó a 12 jóvenes entre 1969 y 1992. Entre las víctimas se encontraban sus propias hijas.
Rosemary y Fred West abordaban a las jóvenes en paradas de autobús y las llevaban a casa, lugar en donde vivían las más agonizantes prácticas de sadismo sexual antes de morir.
Se supo que Rosemary poseía un hambre sexual insaciable, lo que la llevó a ejercer la prostitución, En algunas ocasiones llevando a sus hijas aún pequeñas con ella, puesto que disfrutaba ver cómo sufrían a causa de las relaciones sexuales a tan corta edad.
Su esposo se suicidó en prisión y ella, aunque nunca se declaró culpable, fue procesada y condenada a morir tras las rejas en 1995 luego de que saliera a la luz evidencia aplastante en su contra.
Se inspiraron varias series criminales en base a esta pareja y Rosemary se inmortalizó entre los nombres de mujeres famosas, por los peores motivos.
Juana Barraza Samperio
Juana Barraza Samperio es de los asesinos más famosos y prolíferos de Latinoamérica. Se cree que asesinó a más de 45 ancianas en México durante su periodo activo entre 1998 y el 2006, aunque solo pudieron probarse 12 de sus homicidios.
Juana la “Mataviejas” o “la Dama del Silencio” como se hacía llamar en los círculos de lucha libre, visitaba a las ancianas prometiendo ayudas sociales del gobierno, para luego matarlas brutalmente a golpes o por estrangulamiento antes de robarles.
La razón por la que operó tantos años fue porque la policía local nunca pudo perfilarla adecuadamente. La imposibilidad de concebir a una mujer como asesina hizo que siguieran muchas pistas en vano.
Finalmente, Juana fue atrapada saliendo de la casa de su última víctima en el 2006, siendo condenada a 759 años de cárcel por ello. En el juicio destacó cómo el hecho tener una madre abusiva que la vendió por unas cervezas la motivo a cometer los crímenes.
Nannie Doss
Cuando se dicen las palabras mujeres asesinas, casos reales y sangre fría, nadie se imaginaría a la risueña Nannie Doss como protagonista o al menos eso es lo que pensaron todos antes de la muerte de su quinto marido…
Tras la muerte de sus dos primeros hijos a causa de una “intoxicación”, el abandono de su esposo y la “repentina” muerte de su suegra, Nannie fue cambiando de residencia constantemente.
Al ser atrapada confesó el asesinato de su madre, su suegra, cuatro de sus esposos, su nieto y su hermana, usando como herramienta predilecta el arsénico, aunque solo se le condenó a cadena perpetua por su último asesinato. No se le condenó a muerte debido a su sexo, detalle que contaron los propios fiscales del caso.
Las hermanas Gonzáles Valenzuela, asesinas en serie despiadadas
“Las Poquianchis” fueron un grupo de cuatro asesinas seriales mexicanas, todas hermanas, que llegaron a juntar un total de 150 cadáveres, de los cuales sólo se les atribuyeron 91 muertes durante el periodo de 1945 hasta 1964.
Estas mujeres crearon una red clandestina de prostíbulos, primero haciendo contacto con las autoridades locales y luego contratando a ayudantes para secuestrar y extorsionar a niñas de entre 12 y 15 años, quienes permanecían en contra de su voluntad dentro de la casa de citas.
Las jóvenes eran forzadas a prostituirse y luego eran masacradas y enterradas vivas si “dejaban de servir” para las hermanas o cuando se hacían viejas, que para ellas era a los 25 años. Si salían embarazadas, asesinaban y descuartizaban a los varones y se quedaban con las bebés para prostituirlas al crecer o para venderlas.
Solo se les condenó a 40 años de prisión. Muchos las consideraron las mujeres más malas de la historia.
Leonarda Cianciulli
Leonarda Cianciulli puede no ser la asesina más prolífera, pero su historia no es menos retorcida que las demás.
Asesinó y descuartizó a 3 mujeres, todas clientas suyas, con brutal violencia, luego de dormirlas con vino mezclado con somníferos. Con los cuerpos hizo pasteles de té y jabones que ella luego disfrutaba y daba de comer a su hijo y clientes.
En cuanto a sus motivaciones, se supo que Cianciulli amaba de manera obsesiva a sus hijos, conducta alimentada por la predicción de una vidente que le dijo que tendría muchos, pero que los vería morir jóvenes.
Para su mala suerte, se embarazó 17 veces y vio morir a 13 de sus hijos, lo que le hizo obsesionarse con los restantes.
Cuando su hijo mayor y el favorito se enlistó en el ejército, esta decidió hacer sacrificios humanos para protegerle de la “maldición”. Iniciando su racha asesina entre 1939 y 1940.
Al principio, se resistió a la investigación, pero al notar que las sospechas se estaban desviando hacia su hijo, terminó confesando hasta los más mínimos detalles de sus crímenes y de cómo cocinó a sus víctimas. Murió en prisión en 1970.
Ilse Koch
Siguiendo la lista de seriales y peores psicópatas de la historia llega el turno de la atroz Ilse Koch, quien fue comandante en el campo de concentración de Buchenwald.
Era conocida por su sadismo y su conducta particular de seleccionar a los reclusos tatuados para desollarlos y destriparlos vivos, con la finalidad de hacer lámparas y artículos decorativos con sus pieles.
Con la ayuda de sus “ángeles de la muerte” torturó, violó y aplicó técnicas de domesticación con los reos, en especial con las mujeres, convirtiendo a muchos de ellos en “mascotas” a cambio de sus vidas.
Si bien no hay forma de confirmar los números, algunas fuentes sugieren entre cientos a miles de asesinatos mediante torturas atroces. Cometió suicidio en prisión a los 61 años de edad.
Gwendolyn Graham y Cathy Wood, asesinas seriales famosas de Estados Unidos
Gwendolyn Graham y Cathy Wood, forman parte del personal médico asesino en serie más famoso de la historia luego de destaparse el asesinato de cinco ancianas en el asilo donde trabajaban.
Al conocerse, iniciaron una relación romántica y comenzaron a fantasear con los asesinatos que posteriormente ejecutaron en medio de un pacto romántico.
Su racha de asesinato duró entre enero y febrero de 1987, antes de que la pareja se separara.
Wood se casó y años más tarde confesó los homicidios a su esposo, quien se separó de ella y la acusó en la policía, destapando el caso.
Wood contó todos los sórdidos detalles de las muertes y culpó a Graham por todas ellas, recibiendo una condena menor a cambio. Graham, por su parte, alegó hasta el final que fue Wood quien ideo todo el plan, hundiéndola en el proceso.
Miyuki Ishikawa
Miyuki Ishikawa es el claro ejemplo de que muchas asesinas seriales no reciben realmente lo que merecen, o eso es lo que opinó el público japonés luego de que fuera condenada a solo 4 años de prisión, después de haber matado a, por lo menos, 103 bebés.
Esta matrona japonesa estaba a cargo de un centro de maternidad y recibía a madres que, clandestinamente, intentaban deshacerse de sus hijos no deseados, nacidos durante la post guerra en Japón durante la década de los 40.
Ante el abrumador número de niños y dada la pobreza extrema del sector, de la casa materna y de los familiares, Miyuki tomó la decisión de “descuidar” a algunos niños para reducir la carga.
Valiéndose de la ayuda de doctores, papeles falsos y lo delicado del contexto en el que nacían los bebés, practicó este sistema de desecho de niños durante más de ocho años.
Fue arrestada luego de que, por accidente, dos policías encontraran 5 cadáveres infantiles a inicios de 1948. Las investigaciones fueron revelando tantas fosas con cuerpos que no pudieron estimar adecuadamente el número de víctimas totales.
Karla Homolka
Hermosa y peligrosa, historia real, absurdo, imposible… estos fueron algunos de los adjetivos que siguieron a la historia de Karla Homolka que, junto a su marido, Paul Bernardo, secuestró, drogó, violó de manera activa y asesinó al menos a tres chicas menores de 16 años, descuartizando al menos a una de ellas.
Entre sus homicidios destaca el de Tammy, su hermana. Esta fue su primera víctima, una que Homolka entregó a su cómplice “como regalo de bodas”, matándola por accidente durante la violación.
Siguiendo la cadena de eventos, se supo que Karla violaba y mataba a sangre fría a sus víctimas y luego de cometer sus crímenes, asistían a cenas familiares con total frialdad, convirtiendo a este en uno de los casos de psicópatas reales más perturbadores.
Karla hizo un trato con la policía años después a cambio de revelar lo que sabía del caso del “violador de Scarborough” (su marido). Cuando los detalles de su participación y los vídeos que grabaron de sus crímenes salieron a la luz ya era tarde para revocar su inmunidad. Quedó libre luego de 12 años de prisión.
Cambió su nombre y vive actualmente en algún lugar de Quebec y su rostro sale de vez en cuando entre las imágenes de asesinas famosas.
Amelia Dyer
La terrible Amelia Dyer es una de esas mujeres que hacen estremecer a los historiadores de crímenes.
La “cuidadora de bebés” cobraba una cuantiosa suma de dinero y convencía a las madres pobres de hijos ilegítimos, que buscaban desesperadamente una alternativa para que no murieran de hambre, para que se los entregaran prometiendo darles un mejor futuro.
Al llegar a casa, la mujer los mataba usando una cinta blanca. Se supo que ejecutó de este modo a casi 400 bebés.
Realizó esta práctica por casi 30 años, hasta que fue descubierta, juzgada y sentenciada a la horca el 10 de junio de 1896.
Jane Toppan
Entre las imágenes de enfermeras asesinas destaca la de Jane Toppan, una conocida ángel de la muerte activa entre 1885 y 1901, quien terminó su racha criminal con 31 bajas confirmadas, aunque se especulan que fueron muchos más.
Esta enfermera se hacía muy cercana con sus pacientes, casi todos ancianos mayores y cada tanto, escogía a sus favoritos para asesinarlos mediante experimentos farmacológicos con morfina y atropina. Disfrutaba de dejarlos en un estado límite entre la vida y la muerte, al punto de excitarse con ello. Por esta razón se ganó un puesto entre las psicópatas famosas.
Fue condenada inocente por problemas de salud mental, quedando recluida en un sanatorio hasta su muerte.
Belle Sorenson Gunness
El de Belle Gunness fue uno de los casos de asesinatos seriales más famosos de Estados Unidos.
La granjera sangrienta fue responsable de más de 50 asesinatos, entre los que se encontraron casi todos sus hijos, 2 esposos, más de 30 granjeros que trabajaban para ella y algunas personas más, entre 1890 y 1900.
Lo más raro de su caso es que, luego de enviudar por segunda vez y de la rara muerte de todos sus hijos, publicó un anuncio para encontrar un pretendiente adinerado que le ayudara a administrar la granja. No se volvió a ver con vida a ninguno de los candidatos.
El rancho de Belle terminó incendiándose y en el lugar se encontraron los cuerpos de su familia y los de una mujer decapitada, presuntamente Belle, aunque nunca se confirmó.
En revisiones posteriores, los investigadores descubrieron un vasto campo de cadáveres repartidos en los alrededores de la granja.
Gesche Gottfried
Siguiendo con la impactante lista de asesinas seriales llega el turno del Ángel de Bremen.
Esta mujer alemana estuvo activa durante 1813 y 1827, tiempo en el que logró acumular quince muertes de familiares y personas allegadas, sin que nadie sospechara de ella en absoluto.
Su modus operandi era el de envenenar a sus víctimas con arsénico disimulado en la comida, cuando enfermaban, se ofrecía amable, amorosa y desinteresadamente a cuidarlos, aprovechando para darle más veneno y disfrutar de cómo se marchitaba su vida.
Esta mujer trabajó mucho su reputación, llegando a ser altamente apreciada en su comunidad y despertando la ternura de todos, sobre todo al ver las temibles muertes de familiares y amigos que “sufrió”.
Su última víctima, sospechando de un extraño hallazgo en su comida, la reportó con su médico y este con la policía.
Descubierta y atrapada el día de su cumpleaños 43° fue condenada a la guillotina.
Dorothea Puente
Ganándose su puesto entre las mujeres psicópatas de la historia está Dorothea Helen Gray una asesina serial a sangre fría que mató a casi una decena de residentes de su casa de ancianos, para quedarse con sus pensiones y cheques por incapacidad.
Dorothea drogaba a sus víctimas más indefensas y las asfixiaba hasta la muerte, para luego enterrarlas en el patio del hospedaje de ancianos.
Entre sus víctimas se encontraba su mejor amiga y socia, su novio y a varios jubilados de la pensión.
Luego de la extraña desaparición de su mano derecha, fue atrapada y condenada a cadena perpetua.
Mariam Soulakiotis
Mariam Soulakiotis fue una abadesa de la secta «los Matteitas”, filiar de la Iglesia ortodoxa griega y asesina serial durante 1900 y 1950.
Asesinó a 27 adultos y a 155 niños usando como tapadera a su secta religiosa, llegándose a considerar una de las mujeres más asesinas del mundo.
Solía usar a sus seguidores para secuestrar mujeres a las cuales “convertía” mediante torturas y matándolas de hambre hasta que estas donaban todas sus propiedades a la secta, momento después eran asesinadas.
A los niños que llegaban a sus manos huyendo de enfermedades como la lepra, los torturaba y mataba en rituales de exorcismo porque, según ella, estaban poseídos.
Murió pagando su condena en 1954. Al día de hoy los historiadores de la secta la consideran inocente y la veneran como una santa.
Olga Briscorn
Olga Konstantinovna Strukova Briscorn fue una asesina serial, terrateniente y socialité rusa quien se dedicó a torturar y matar de hambre a sus propios ciervos en su fábrica de textiles.
Estuvo operativa durante 1818 hasta 1822 en donde asesinó a 128 personas, más de cuarenta de ellos eran niños menores de 15 años.
Aunque otros casos similares se escucharon durante la segunda mitad del siglo XIX, ninguno llego a ser tan sádico y sistemático como el de Olga hacia sus siervos. Murió bajo condena de custodia en 1836 luego de una investigación que duró 3 años.
Felícitas Sánchez Aguillón: «La Descuartizadora de la Col. Roma»
No existió historia de una asesina serial mujer más oscura que la de Neyra, una mexicana que durante la década de 1930 mató a más de 40 bebes de formas inimaginables.
Felícitas era una enfermera y partera que creó su propio centro clandestino de abortos en su departamento de alquiler, en la Colonia Roma de Ciudad de México. En el lugar acogía a los niños de las mujeres que no los podían cuidar prometiéndoles que les conseguiría una buena familia.
En lugar de esto, en algún punto, comenzó a deshacerse de los bebes aplicándole un abanico de técnicas que iban desde el estrangulamiento, hasta el desmembramiento e incineración, estando aún vivos.
Sin una pizca de remordimiento, empatía o sentimiento de ningún tipo, se suicidó mediante una sobredosis medicamentosa, luego de salir bien librada de su juicio en 1941 posterior a que las pruebas en su contra desaparecieran misteriosamente. Dejó varias cartas reveladoras antes de suicidarse.
Aquí termina el recopilatorio de asesinas en serie y aunque los detalles de cada caso se pudieran ampliar hasta escribir novelas enteras, los datos hasta ahora mostrado muestran el potencial asesino de algunas mujeres. Para más información sobre las asesinas seriales famosas sus inimaginables crímenes, consultar en la categoría.