La nostalgia es una emoción universal que se presenta al recordar tiempos pasados que se añoran. Puede ser desencadenada por cualquier estímulo, ya sea un olor, una canción, un sonido o un sabor que traigan memorias de esos momentos. Es muy común que se presente en personas que por una u otra razón han tenido que dejar sus ciudades o países de origen y adaptarse a un estilo de vida diferente.
De hecho, en la actualidad son cada vez más los adultos que se enfrentan a este tipo de emoción, pues la llegada de la globalización ha hecho que muchos profesionales deban instalarse en otras latitudes. A pesar de que experimentar nostalgia puede bajar un poco el ánimo, también permite mantener un equilibrio emocional. El problema se presenta cuando la añoranza se hace extrema.
Origen de la nostalgia
La palabra nostalgia es de origen griego. Proviene de los términos nóstos (regreso) y álgos (dolor). Se trata del dolor que se experimenta por el deseo de regresar a momentos pasados. Esta emoción también se encuentra registrados en clásicos de la literatura que datan de siglos atrás.
Uno de los ejemplos más llamativos es el de la Odisea, de Homero. En la historia se cuenta el regreso de Ulises a la isla de Ítaca luego de finalizada la guerra de Troya. Sin embargo, Ulises le comunicó a su tripulación que no podían regresar a casa pues debía hacer un viaje más. La tripulación reaccionó al sentarse a llorar y lamentarse.
¿Cómo enfrentar la nostalgia?
En la literatura, Ítaca queda como un símbolo de la vuelta a casa o del alcance de aquello que se tiene como meta final. Es también el título de un poema de Constantino Cavafis, en donde el autor plantea que se debe procurar que el viaje a Ítaca sea lo más largo posible.
“Cuando emprendas tu viaje a Ítaca pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias”, escribe Cavafis.
Con esto, el autor se acerca a uno de los principales consejos para superar la nostalgia excesiva: enfocarse en el presente, en el viaje que se está realizando, y no tanto en la meta final del viaje. Luis Nantón Díaz, autor del blog luisnanton.com, profundiza más sobre la metáfora del viaje planteada por Cavafis en esta publicación.
La nostalgia excesiva puede provocar síntomas similares a los de la depresión. Entre ellos, el insomnio, o problemas asociados con la concentración y el rendimiento. Otra recomendación para superar esos síntomas es practicar la meditación, una actividad que puede despejar la mente y hacer que la persona se enfoque mejor en aquello que requiere de su atención.
También se aconseja crear un grupo de apoyo con el que la persona se pueda rodear y que lo motive a continuar el camino en el que se encuentra. Puede tratarse de familiares, de amigos, de colegas o de otras personas que se encuentren en una situación similar. Esto puede generar un entorno positivo que permita que el proceso de adaptación de la persona sea más sencillo.
Es importante comprender que la nostalgia no es un sentimiento negativo en su totalidad. De hecho, se trata de recordar momentos, personas, lugares u objetos que en algún momento produjeron felicidad. Puede producir bienestar y hacer que la persona presente gran optimismo con respecto al futuro. Solo se debe cuidar que no se presente de manera excesiva de forma que impida que la persona disfrute del momento y lugar en el que se encuentra.