Francisco Expósito Expósito salió en las primeras páginas de los periódicos, cuando se dio a conocer la noticia sobre el asesinato en Barbastro de una monja de 69 años, quien se encontraba en el Colegio San Vicente de Paúl, en el momento en que fue atacada por este delincuente. El rompebragas fue sentenciado a prisión y después de casi dos décadas de condena, fue puesto en libertad.
Francisco Expósito Expósito: sus orígenes
Francisco Expósito Expósito es un asesino español que nació en Izbor, en la provincia de Granada, España. Sin embargo, por diversas causas, su familia terminó viviendo en la localidad de Barbastro. Francisco siempre vivió en casa de sus padres y solo trabajaba de forma ocasional como albañil.
Entre los vecinos de Barbastro, este hombre se hizo conocido por un fetiche que tenía, el cual le valió un apodo peculiar, Rompebragas, significado que vino dado por su afición a cortar bragas (ropa interior femenina) que robaba de los tendederos de las casas. Además de esto, Francisco era fácilmente reconocible en el pueblo, porque siempre andaba en una moto de color naranja y usaba unas gafas de sol negras.
Historial criminal del rompebragas
El rompebragas tuvo un extenso historial criminal antes de volverse famoso. Desde joven le gustó exhibirse frente a mujeres y niñas. Fue arrestado por primera vez tras allanar una vivienda. Luego de esto, cometió delitos más graves como robo, violación y homicidio frustrado.
Se le condenó a seis años de prisión tras atacar a una chica que hacía autostop para volver a su hogar en Castillazuelo, luego de participar en las fiestas de Barbastro. El rompebragas trató de violar a la joven, pero ella logró escapar lanzándose a un canal y fingiendo que estaba muerta.
Una vez que salió en libertad, volvió a ser arrestado por agredir a uno de sus vecinos y permaneció quince días en prisión. Pero su crimen más perturbador no lo cometió con una persona viva. El 16 de marzo de 1989, este maníaco sexual profanó la tumba de una mujer de 28 años que había sido enterrada tan solo dos días antes.
Ese día, el rompebragas ingresó en el cementerio de Barbastro por la tarde, y se escondió hasta que fue cerrado. Cuando estuvo bajo el amparo de la noche, tomó unas herramientas para excavar la tumba y sacar el cuerpo de la joven, que luego violó.
Tras este horrendo crimen fue arrestado nuevamente, pero en esta ocasión se le sometió a una evaluación psiquiátrica, que determinó que Expósito tenía una deficiencia mental. No obstante, los médicos aseguraron que podía distinguir el bien del mal. El juez del caso dictaminó que fuese ingresado en una unidad psiquiátrica. No obstante, el 30 de noviembre de 1989 salió en libertad.
Semanas después, específicamente la madrugada del 7 de enero de 1990, irrumpió en el Colegio San Vicente de Paúl, armado con un cuchillo y una actitud hostil. Ese día, el centro educativo se hallaba vacío, debido a las vacaciones de Navidad. El rompebragas usó el arma blanca que tenía para desgarrar los colchones de las camas de las estudiantes y posteriormente se encaminó hacia las habitaciones de las monjas.
Tras comenzar a abrir las puertas de manera violenta, se encontró con María Oroz Garijo, una religiosa de Navarra de 69 años. El hombre se abalanzó sobre ella y la atacó salvajemente con el cuchillo, causándole la muerte. Luego agredió a otra monja de 67 años llamada María Pilar Benedicto Larraz, pero por suerte sus heridas no fueron graves y sobrevivió.
En medio del ataque, algunas de las religiosas le preguntaron a Expósito si estaba buscando dinero, pero el asesino les dijo que no. De forma vulgar les aseguró que solo quería sexo.
Fue en ese momento, cuando un grupo de valientes monjas se lanzaron sobre él para neutralizarlo y una de las hermanas logró desarmarlo. Otra logró escapar por una ventana y llamó de inmediato a la Guardia Civil, que se apersonó en el lugar rápidamente.
Captura y condena del rompebragas
La captura de Francisco Expósito Expósito no fue sencilla, debido a que mostró resistencia antes los oficiales de seguridad. La Guardia Civil y los policías llegaron colegio al San Vicente de Paúl de Barbastro y empezaron a forcejar con el delincuente, quien pretendía huir del sitio y estaba armado con un trozo de vidrio.
A pesar de que los cuerpos de seguridad lograron inmovilizarlo, Francisco pudo herir en una mano a uno de los guardias, quien luego fue trasladado a un centro hospitalario para recibir atención médica.
Tras su captura, el delincuente enfrentó un juicio en la Audiencia Provincial de Huesca, donde se determinó que Francisco era culpable de los delitos de robo, homicidio y atentado a la autoridad. La sentencia fue una condena de 37 años en prisión. Sin embargo, Expósito alegó que no se acordaba de nada de lo que había ocurrido.
Es importante destacar que, durante el juicio, Saturnino Bestué, quien fue el abogado defensor de Francisco, informó que su cliente tenía problemas de salud mental y que eso lo había llevado a cometer un acto tan atroz.
Explicó que Expósito estuvo enfermo desde los 14 años. Indicó que su cliente fue diagnosticado con una enfermedad mental desde la adolescencia y que tampoco tuvo el cariño de su familia, además ser rechazado por la sociedad, lo que empeoró su situación. Francisco aseguró que él se enteró de lo que había hecho por las noticias que aparecieron en los medios de comunicación.
A pesar de que el tribunal aceptó el argumento del abogado defensor, determinó que de acuerdo a la evaluación que le hicieron seis psiquiatras, Francisco era un hombre muy inteligente y consciente de sus acciones. Por ese motivo, el juez determinó que debía asumir las consecuencias y responder por el crimen que cometió en contra de una mujer indefensa.
Las autoridades y el público en general mostraron indignación por los delitos que llevó a cabo este sujeto, quien presuntamente justificaba sus actos, alegando ser una persona con problemas mentales, pero que en realidad sí tenía un instinto de asesino.
¿Qué pasó con Francisco Expósito?
Se conoció que, en el año 2009, luego de haber cumplido 19 años de sentencia, el hombre quedó en libertad y pudo regresar a Barbastro, que fue el lugar que lo vio crecer y en donde se encontraba su familia.
La llegada de Francisco a la ciudad del Vero causó mucho temor entre los habitantes de Barbastro, quien no pudieron olvidar los crímenes que cometió este sujeto, por lo que se sintieron amenazados ante su presencia.
Los vecinos de la localidad no dejaban de comentar sobre la noticia del regreso de Expósito, las personas explicaron que recibieron varios correos electrónicos, donde se informaba que el asesino de la religiosa María Oroz Garijo, volvería a su hogar.
Algunos individuos manifestaron que Francisco nunca debió quedar en libertad, sino ser internado en un psiquiátrico, para que fuera tratado por especialistas que pudieran controlar sus brotes psicóticos.
Una dama dijo que había visto a Francisco entrar en una vivienda y que sintió mucho temor. La mayoría de las madres mostraron preocupación por el bienestar de sus hijas. Debido a que Expósito era capaz de cometer cualquier locura.
El padre de una familia, quien era dueño de un bar, señaló que él no sentía miedo ante la presencia del rompebragas, pero que su esposa e hija, sí estaban aterradas. Por ese motivo, el sujeto decidió comprar un spray protector, para que ellas pudieran defenderse en caso de una emergencia, y también se aseguró de poner más sistemas de seguridad en su hogar.
En cuanto a sus clientes, comentó que todo el tiempo hablaban del caso de Francisco y que le confesaron que no se sentían seguros, sabiendo que un delincuente estaba en libertad y viviendo en la misma comunidad que ellos.
Por otra parte, hay que señalar, que unos funcionarios del recinto penitenciario donde estuvo recluido Expósito, contaron que el delincuente nunca participó en ninguna actividad especial, como un curso de lectura, entre otros. Siempre se mantuvo alejado de los demás presos, por lo que fue catalogado como un sujeto poco comunicativo y solitario. Sin embargo, no se tiene información de sí este sujeto aún vive y de cuál es su paradero.
Finalmente, hay que mencionar que al igual que en el caso de Francisco, quien fue considerado como un asesino con rasgos de necrofilia, hay otros delincuentes que también han causado terror en el mundo. Jeffrey Dahmer era uno de ellos, este sujeto acabó con la vida de muchos hombres en Estados Unidos y aún es recordado como uno de los peores asesinos en serie del mundo.